El empresario Enrique Ortiz ha asegurado esta mañana al término del juicio por fraude fiscal que tiene la conciencia tranquila y ha asegurado que éste es un asunto de otra empresa, en alusión a Hansa Urbana, la otra gran promotora que se sienta en el banquillo por estos hechos.

Ortiz, el presidente de Hansa, Rafael Galea, y otros tres empresarios se enfrentan a una petición de cuatro años y medio de cárcel acusados de presuntos delitos de fraude fiscal y falsedad documental.

El fiscal y el abogado del Estado les acusan de haber simulado un contrato de arrendamiento de unas parcelas en la Playa de San Juan para que Hansa pudiera aplicarse deducciones fiscales que no le correspondían. El presunto fraude a Hacienda asciende a seis millones de euros.

Tanto Ortiz como Galea han negado los hechos que se les imputan y se han presentado como empresas rivales, con lo que no estaba en los planes de nadie que la otra se pudiera beneficiar fiscalmente de nada.

Galea aseguró que Hansa inicialmente accedió al alquilar el suelo durante un plazo de cinco niños, pero que a los seis meses de firmado el contrato cambió de estrategia y optó por venderlo porque necesitaba financiación para otros proyectos.

Ortiz, por su parte, aseguró que se alquiló el suelo por una estrategia jurídica de su empresa para posicionarse estratégicamente en ese sector y porque tenía una posición privilegiada para servir de almacén de material de obra de otros proyectos que estaban desarrollando.