La Guardia Civil detuvo ayer en distintas localidades de Tarragona a ocho personas a las que acusa de pertenecer a una red mafiosa rusa y de blanquear, a través de negocios e inversiones inmobiliarias en España, unos 62 millones de euros procedentes de Andorra y paraísos fiscales.

Según fuentes cercanas al caso, dos de los arrestados en la operación «Usura», dirigida por la Fiscalía Anticorrupción y que ha contado con la participación de Europol, son considerados capos de la mafia rusa que acababan de llegar a España para pasar sus vacaciones en la costa. En la operación participaron más de 180 agentes de la Guardia Civil, que practicaron las ocho detenciones y quince registros en las poblaciones tarraconenses de Reus, Cambrils y Salou.

La investigación, tutelada por el juzgado de instrucción número 3 de Reus (Tarragona), se centraba en una organización que actuaba de modo muy profesional y que se cree que blanqueaba grandes sumas de dinero, por lo que el magistrado ha ordenado el embargo de 142 cuentas corrientes y de un total de 191 propiedades de la red. El clan, al que se sitúa dentro de las redes de organizaciones criminales relacionadas con la mafia rusa, como las denominadas Tambovskaya y Taganskaya, usaba un entramado de empresas pantallas para blanquear dinero negro que les llegaba en transferencias bancarias desde paraísos fiscales y en efectivo desde Andorra.

La organización, además de blanquear al menos 62 millones de euros, también defraudaba a Hacienda, según ha detallado la Fiscalía Anticorrupción, que añade que el dinero negro obtenido con el beneficio económico generado de forma ilegal por la organización, una vez llegaba a España a través de Andorra y de transferencias desde paraísos fiscales, se invertía supuestamente en diferentes negocios que había abierto en España. Para blanquear el dinero, los detenidos, de origen ruso, ucraniano y español, utilizaba empresas pantalla con testaferros a nivel mundial. En los registros practicados en el marco de la operación, que sigue abierta, la Guardia Civil ha encontrado al menos 120.000 euros en efectivo, además de numerosas escrituras de propiedad de viviendas. También han intervenido dinero, móviles, dispositivos informáticos y documentación.