«Hoy he ganado una batalla, pero la guerra sigue», confesaba en su cuenta de Twitter -ya cerrada por orden judicial- el joven estudiante de Magisterio detenido la semana pasada en la pedanía valenciana de Massarrojos acusado de un delito de abusos sexuales continuados a un menor de siete años y producción y distribución de pornografía infantil. Su frase, que acompañaba con una fotografía saliendo de los juzgados de Llíria a principios de diciembre, era premonitoria de lo que estaba por venir y refleja que Juanri, como era conocido por todos, era consciente de que varios padres habían detectado que sus visitas a cerca de un centenar de colegios de toda España y parte del extranjero podían esconder oscuros y deleznables propósitos.

Así, la titular del Juzgado de Instrucción número dos de Llíria absolvió a Juan R. P. de un delito leve de amenazas a una madre de un alumno de un colegio de la comarca del Camp del Túria, cuyo nombre omitimos para preservar el anonimato del menor. En la sentencia, facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, se especifica que el día del juicio no se llegó finalmente a ejercer acusación «por parte del Ministerio Fiscal ni por ninguna de las partes intervinientes».

Al parecer, la acusación particular, que denunciaba unas amenazas ocurridas en julio del pasado año, habría optado por retirar los cargos para no entorpecer la investigación sobre su blog, sus continuas y peculiares visitas a los centros escolares y los posibles abusos a un menor que finalmente lo han llevado a ingresar en prisión.

Agentes del Emume de la Guardia Civil arrestaron al presunto pedófilo el pasado 6 de junio en su domicilio de Massarrojos. En la investigación contaron con la colaboración de un experto informático, quien analizó un vídeo en el que éste aparecía presuntamente abusando de un menor. A falta de que concluya el análisis del volcado del material intervenido en su vivienda, esta grabación es la principal prueba de cargo en su contra.

El joven detenido, de 25 años, estaba en segundo curso de Magisterio y sus profesores ya le habían notificado que debía de entregar el certificado de antecedentes penales para poder hacer prácticas el próximo año.

Sin embargo, Juanri no había entregado documento alguno y desde entonces ni siquiera se había presentado a los exámenes. El estudiante trataba de ocultar o al menos retrasar así que su tapadera de bloguero experto en educación infantil se desplomara.