El sospechoso de haber raptado y matado en 2007 al niño Yéremi Vargas en Vecindario (Gran Canaria) se enfrenta a una solicitud de condena de 13 años de cárcel, acusado de haber violado a otro menor en el mismo municipio del sureste de Gran Canaria cinco años más tarde, en 2012. La Guardia Civil ha visto en este caso algunos paralelismos con lo que pudo ocurrirle a Yéremi.