El Juzgado de Instrucción 52 de Madrid ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza, por un delito de homicidio, para la madre del bebé de veinte meses que murió el pasado día 11 en el hospital Gómez Ulla tras ingresar con golpes y fracturas.

Según han confirmado a Efe fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, la magistrada envió recientemente a prisión a la madre del bebé y dejó en libertad a la abuela, que también fue arrestada inicialmente en relación con la muerte del niño.

El suceso tuvo lugar el pasado día 11 de madrugada, cuando la madre del bebé, de origen cubano, llevó al niño al hospital con lesiones y el pequeño falleció poco después de su ingreso en el centro tras sufrir una parada cardiorrespiratoria.

El servicio de Pediatría del hospital alertó a la Policía por si pudiera tratarse de un caso de malos tratos, tras comprobar que la semana anterior el mismo bebé había sido atendido por otras lesiones.

Los agentes del Grupo VI de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Madrid comenzaron una investigación en la que inicialmente no detuvieron a ningún familiar del bebé porque no había indicios claros para ello.

El avance de la autopsia no concretó que se tratase de una muerte violenta, dejando abierta la posibilidad de que fuese accidental.

Actuaciones secretas

La titular del Juzgado de Instrucción 52 de Madrid, Belén Sánchez, estaba de guardia de diligencias el día del suceso y se hizo cargo de la investigación, decretando el secreto de las actuaciones y solicitando diferentes informes, explicaron fuentes del TSJM.

Esta semana la Policía Nacional detuvo a la madre y a la abuela del bebé tras realizar diferentes pesquisas sobre la muerte del bebé. Tras comparecer en dependencias policiales ambas fueron puestas a disposición judicial y la juez decretó prisión para la madre por un delito de homicidio, sin perjuicio de que cuando avance la investigación esta calificación se modifique, según señalaron las mismas fuentes, que precisaron que la abuela quedó en libertad.

Una vez dictadas estas resoluciones, la juez ha levantado el secreto de las actuaciones y está a la espera de recibir varios informes.

Varios vecinos de la familia explicaron tras el suceso que tanto la madre como la abuela del pequeño, de origen cubano, trabajaban en un club y el pequeño podía estar desatendido, lo que fue negado por los familiares, que aseguraron que se trató de un accidente.