La Fiscalía ha pedido trece años de cárcel a un acusado de haber intervenido al asalto de una casa de campo en Mutxamel en el que los atracadores se hicieron pasar por guardias civiles, según el escrito de acusación al que ha tenido acceso este diario. En el robo intervinieron cuatro personas, pero sólo una de ellas ha llegado al banquillo. Un segundo acusado está huido de la Justicia y los otros dos no han podido ser identificados. El juicio contra el único implicado, que está en prisión preventiva, tuvo que suspenderse ayer en un juzgado de lo Penal de Alicante después de que la Fiscalía planteara que los hechos debían de juzgarse en la Audiencia Provincial. El acusado, que está representado por el abogado Santiago Talavera, negó ayer las acusaciones y rechazó el pacto de cinco años de prisión que le ofrecía el Ministerio Público si se declaraba culpable.

Los hechos ocurrieron el 15 de febrero de 2013 cuando cuatro personas se presentaron en una casa de campo de Mutxamel, donde se encontraban el matrimonio que vivía en ella y un vecino. Uno de los procesados se bajó del coche diciendo que era guardia civil exhibiendo una placa simulada y que venían a comprobar si en la casa había objetos de procedencia ilícita, según el relato del escrito de acusación. La esposa se encontraba viendo la televisión en su cuarto y permaneció escondida bajo la cama durante todo el asalto. Una vez dentro de la casa, los cuatro asaltantes se cubrieron las cabezas con gorros y capuchas y cortaron el cable del teléfono.

El escrito de acusación relata que los acusados ataron al dueño de la casa y al vecino, mientras amenazaban al primero para que le dijera dónde estaba la caja fuerte. Los acusados estuvieron registrando la vivienda en busca de la caja de seguridad, a pesar de que la víctima reiteraba que no tenía. Los asaltantes finalmente encontraron en un falso techo 2.180 euros en efectivo y diversas joyas valoradas en 201,92 euros. Los procesados se marcharon con las llaves de los coches de sus víctimas, así como con sus teléfonos móviles para evitar que pidieran auxilio. Una vez que los ladrones se marcharon, las víctimas pudieron desatarse y avisar a la Guardia Civil.

La Fiscalía considera los hechos constitutivos de los delitos de robo con violencia, por el que pide cinco años de cárcel, más dos detenciones ilegales, por las que reclama dos años por cada una. La juez dictó ayer un auto por el que remite la causa a la Audiencia Provincial al entender que es el órgano competente para enjuiciar los hechos.