La Audiencia Nacional ha condenado a veinte años y once meses de cárcel a Kakhaber Shushanashvili como jefe de una organización de la mafia ruso-georgiana -uno de los llamados «ladrones en ley»- implantada en España y a penas de entre un año y medio y siete años de prisión para otros doce acusados. Entre estos 12 acusados se encuentra Giorgi N., un joven judoca que vivió con su familia en Alicante y ha sido condenado a siete años y dos meses de cárcel y multa de 327.535 euros por delitos de blanqueo y tenencia ilícita de armas.

Según la sentencia, Kakhaber Shushanashvili es condenado por los delitos de blanqueo siendo jefe de la organización, conspiración para el asesinato, tenencia ilícita de armas, falsificación de tarjetas de crédito y tentativa de estafa continuada, por los que además se le impone una multa de 327.535 euros. No obstante, le absuelve de otra tentativa de asesinato al haber sido retirada la acusación para que pueda ser enjuiciado por las autoridades francesas y del delito de falsificación de documentos. Los magistrados acuerdan el decomiso del dinero intervenido y de todos los bienes que se encuentran a nombre de empresas vinculadas a la organización, que fue desarticulada en la operación Java practicada en 2010 en varias provincias, entre ellas Alicante.

En la sentencia se relata cómo en 2008 se asentó en la zona de Cataluña y Levante la rama de una organización criminal surgida en la antigua URSS y formada en su mayoría por ciudadanos georgianos, cuyo líder era Kakhaber Shushanasvilli, con categoría de «ladrón en ley». Se ocupaba de la caja común (obschack) que se nutría del dinero que los miembros de la organización recababan y le hacían llegar en su mayor parte de sustracciones en domicilios del extranjero. Entre las actividades para poder aflorar los fondos crearon negocios de limpieza y lavado de vehículos, así como una sociedad de paquetería.