«No me lo puedo creer todavía, claro que les recuerdo, estuvieron aquí con nosotros comiendo

el sábado. Reservaron

a las dos, pasaron como una despedida de soltero normal, educados. Al marchar sí se pusieron a cantar un poco porque estaban muy animados y simpáticos», relató uno de los camareros que les habían servido. Todos los amigos, 14 en total, compartieron

un menú netamente

asturiano: cachopo, calamares afogaos y una ensalada templada de setas.