La Audiencia de Alicante tuvo que aplazar ayer el juicio contra los dos acusados de rociar con ácido a un gestor en l'Alfàs del Pi para aclarar la validez de las escuchas telefónicas del caso. Según fuentes cercanas al proceso, otro juzgado de Benidorm que investigaba una supuesta trama de prostitución captó conversaciones que supuestamente implicaban a un sicario en esta agresión. El magistrado envió las conversaciones a su compañero para que las incorporara al caso, pero entre esta documentación no figuraban los autos en los que se autorizaron las escuchas. Las defensas de los dos acusados, los letrados José Soler y Emilio Sánchez Barberán, pidieron ayer al inicio de la vista la nulidad de estos pinchazos telefónicos. El tribunal optó por suspender hasta el día 27 de mayo para que las acusaciones aporten la documentación que falta. La víctima está personada en la causa con acusación particular a través del abogado, Agustín Ribera.

Los dos acusados son un exsocio de la víctima y un búlgaro al que habrían ofrecido 10.000 euros por cometer la agresión. La Fiscalía les reclama doce años de prisión a cada uno por un delito de lesiones. Los hechos ocurrieron el 1 de agosto de 2011 en las proximidades de la gestoría que la víctima regenta en la Playa del Albir. El presunto autor material de la agresión se escondió entre unos contenedores y roció al gestor por sorpresa con el líquido abrasivo sobre el rostro, el cuello y el torso. El presunto agresor, de nacionalidad búlgara, fue detenido el 2 de mayo del año pasado y desde entonces está en prisión preventiva. Fuentes cercanas al caso señalaron que este acusado fue arrestado en Benidorm a raíz del robo en un supermercado y, al tomarle las huellas, los agentes se encontraron con que estaba reclamado por este ataque.

El tribunal interrogó ayer a la médico forense que hizo el informe de lesiones de la víctima, quien manifestó que como consecuencia de las heridas todavía necesita intervenciones quirúrgicas y que las lesiones le han causado una deformidad medio-alta.Entre las secuelas que el ataque el ataque le dejó se encuentran las cicatrices en la cara y otras zonas del cuerpo y limitaciones en la apertura de la boca, la rotación del cuello, en el movimiento del hombro izquierdo y en la extensión del codo derecho.