El hombre acusado de asesinar a su expareja y al hijo de ambos de 5 años tras una discusión en septiembre de 2013 en la barriada malagueña de la Luz reconoció ayer los crímenes y pidió perdón a las dos familias. Debido al reconocimiento de los hechos, la fiscal modificó sus conclusiones y rebajó de 51 a 43 años de prisión su petición por dos delitos de asesinato, uno de malos tratos, cuatro delitos de lesiones y atentado a los agentes de la autoridad. «Mi arrepentimiento es de lo más profundo», insistió el acusado, que relató durante su declaración: «Sólo quiero estar en paz con Dios, porque el daño que he causado ya no tiene arreglo». Explicó que pasa veinte horas al día en su celda solo, aislado, y que eso «da tiempo para recapacitar», por lo que adujo que no había acudido al juicio por los años que le puedan imponer, algo que no le «importa», pues ha quedado «destrozado» para el resto de su vida.