La Policía Nacional trata de determinar qué implicación pueden tener en el fallecimiento los padres de un bebé de veinte meses que murió el miércoles tras ingresar con lesiones en un hospital de Madrid, después de que el avance de la autopsia no haya ayudado a concretar las circunstancias de la muerte.

Fuentes de la investigación explicaron ayer a Efe que, mientras tanto, el Grupo VI de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial continúa las pesquisas.

Los padres, que llevaron herido al bebé al hospital Gómez Ulla, prestaron testimonio ante los agentes pero no fueron detenidos en un primer momento al no haber indicios claros de que hubiesen incurrido en algún delito.

El primer informe de la autopsia no confirmó que la muerte fuera provocada, ya que las lesiones pueden ser compatibles con una causa accidental.

Por eso los investigadores continúan las pesquisas y estarán pendientes del informe final de la autopsia para esclarecer lo ocurrido.

El hospital Gómez Ulla de Carabanchel avisó a la Policía la madrugada del miércoles de que un bebé había fallecido poco después de su ingreso tras sufrir una parada cardiorrespiratoria.

El niño presentaba varios golpes y fracturas y ya había sido ingresado días antes por otra fractura. Por eso los facultativos avisaron a la Policía, que investiga si los padres incurrieron o no en un delito de abandono -por dejar al niño desatendido- o incluso de homicidio imprudente. El Juzgado de Instrucción 52 fue el encargado del levantamiento del cadáver.