Su estatura de 1,85 metros le ha servido para ser absuelto al único acusado del crimen del joven asesinado de un navajazo por la espalda en la playa valenciana de la Malva-rosa durante la noche de San Juan del pasado año. El Juzgado de Menores número uno de Valencia considera que «los datos biométricos del agresor exculpan palmariamente al acusado», ya que todos los testigos protegidos coincidieron en que el homicida era más bajo que su víctima -1,82 de altura-. Además, incide en que no existe elemento alguno que incrimine al arrestado -que tenía 17 años en el momento de los hechos-, ni ADN del fallecido ni el arma homicida.

No obstante, uno de los testigos protegidos identificó sin género de dudas al acusado como el autor del navajazo que acabó con la vida de Corneliu Adrián Mereuta, de 24 años, aportando a la Policía características físicas tan concretas como los tatuajes que llevaba en el brazo su agresor.

La sentencia pone en duda la credibilidad de dicho testigo clave en el proceso al considerar que se equivocó en la altura del agresor en siete centímetros.