El aviso de una ciudadana que presenció cómo daban unos bofetones a un bebé destapó el pasado noviembre un presunto caso de malos tratos a una niña de 50 días en Orihuela y sus padres, que están en prisión preventiva, se enfrentan ahora a penas que suman 21 años de cárcel -10 años y seis meses cada uno- por dos delitos de lesiones y dos de maltrato habitual. Además el fiscal pide el alejamiento de la niña durante cinco años y 5.000 euros de indemnización.

El juicio está previsto que se celebre esta semana y frente a la petición de cárcel de la Fiscalía el abogado de la pareja, Antonio Gascón, solicitará la absolución de los acusados. La niña ha sido declarada en situación legal de desamparo y la Generalitat Valenciana ha asumido su tutela.

Según el escrito de acusación presentado por la Fiscalía en el juzgado que ha instruido la causa, los dos acusados son padres de una niña que tenía apenas 50 días de edad el día de los hechos, el pasado 9 de noviembre. La pareja se encontraba en el recinto ferial de Los Huertos de Orihuela el día que se celebra un mercadillo semanal. El padre estaba cambiando a la niña el pañal sobre el capó de un coche «sin ninguna protección y en un momento determinado le dio dos bofetones al bebé sin que la madre hiciera nada por impedirlo», según se recoge en el escrito del ministerio público.

Dicha acción fue presenciada por una persona que avisó a la Policía y recriminó al padre por los bofetones que le había dado a la pequeña. La patrulla policial que se desplazó al lugar localizó y detuvo a los padres, mientras que la niña fue trasladada al Hospital Comarcal Vega Baja en Orihuela con el fin de ser examinada por los médicos. El primer examen de los facultativos a la niña desveló que presentaba «hematomas en la cara, abdomen y lumbar derecho y muslo derecho indurado».

Sorprendentemente no eran las únicas lesiones, ya que le realizaron más pruebas y se apreciaron «lesiones esqueléticas», en concreto una fractura del fémur derecho y un importante hematoma. Asimismo, siempre según el relato de la Fiscalía, se detectó un «marcado edema en toda la musculatura anterior del muslo y de gran parte de la posterior». Además le realizaron una resonancia magnética en la cabeza que permitió encontrar evidencias de contusiones cerebrales «probablemente crónicas», aunque con focos de sangrado reciente que apuntan a que la niña fue golpeada con anterioridad. Dichas lesiones, señala el ministerio público, son características del síndrome del niño zarandeado. El bebé estuvo diez días ingresado y es necesario realizar un seguimiento para valorar el desarrollo psicomotor y el posible daño cerebral de la menor.