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Absuelto de maltrato un hombre de 75 años acusado de asesinar meses después a su pareja

El hombre está en prisión por matar a bastonazos a su esposa en el suelo

Absuelto de maltrato un hombre de 75 años acusado de asesinar meses después a su pareja

Charles Bevill Warcup, de 75 años, confesó haber asesinado a su pareja a bastonazos en San Miguel de Salinas y escondido el cadáver en un paraje de Algorfa, hechos por los que está en prisión preventiva. Sin embargo, un juzgado de lo Penal de Torrevieja ha absuelto ahora a este acusado de varias palizas que habría sufrido la víctima, Rosemary Broadwell, antes del crimen y desde el año 2011 y que fueron denunciadas por la hija de la asesinada, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. El magistrado considera que los hechos no han quedado probados y que el procesamiento por asesinato del acusado «no debe ser valorada en la presente causa». El fallo argumenta que no se han podido concretar las fechas en que hubieran podido ocurrir las agresiones y «sin que el tribunal desgraciadamente haya podido escuchar la versión de la víctima». El acusado, que está defendido por los abogados Juan Selva e Iván Rodríguez Lorente, del despacho Selva & Lorente, negó estas agresiones. El juicio por el asesinato está pendiente de fecha y será enjuiciado por un jurado popular. La Fiscalía reclama 19 años de cárcel por el crimen.

En el caso de las presuntas agresiones, la Fiscalía pedía penas que sumaban cuatro años y medios de cárcel, mientras que la acusación particular reclamaba nueve años. El hombre estaba acusado de haber maltratado a su pareja en diversas ocasiones entre los años 2011 y 2014. La más grave de ellas le habría causado una rotura del húmero. Pero nada de ello ha podido quedar probado. Según el fallo, los testigos no pudieron aportar datos que fundamenten una condena y sólo hicieron alusiones genéricas a haber visto a la víctima un día con el ojo morado. «No basta con meras referencias generales a un estado permanente de subyugación», argumenta el juez, que insiste en que en este caso concreto no han quedado acreditados «los diversos episodios tendentes a crear ese clima familiar de agresividad, hostigamiento y dominación». El fallo dice que los informes médicos confirman que la víctima se rompió el húmero, pero no ha quedado acreditado cómo se produjo esa lesión. Lo único que dijeron los testigos es que la víctima les contó que se había caído en casa.

El asesinato se produjo el 14 de septiembre de 2014 en la vivienda del acusado en San Miguel de Salinas durante una discusión por temas económicos después de que acusado y víctima hubieran estado consumiendo bebidas alcohólicas. Según el escrito de acusación, sin haber terminado la discusión la víctima, de 76 años de edad, se fue a la cocina y se cayó al suelo, donde quedó tendida bocabajo sin poderse levantar por sí misma. La Fiscalía sostiene que el acusado, en lugar de ayudarla, comenzó a golpear en la cabeza a la víctima con el bastón con el que se apoyaba para caminar. La mujer falleció como consecuencia de los golpes recibidos en la cabeza que le provocaron la destrucción de centros vitales encefálicos. El hombre se fue a dormir dejando el cadáver en la cocina toda la noche.

A la mañana siguiente, según el escrito de acusación, comenzó a fingir que no encontraba a su pareja preguntando en diversos locales que ambos frecuentaban si alguien la había visto; y llegó a ir a la casa de la fallecida en Ciudad Quesada a recoger unos muebles que ella iba a recibir esa tarde. Por la noche, ocultó el cadáver en el maletero de su coche y en la mañana del día 16 lo llevó hasta un paraje conocido como El Zoco donde la ocultó en un agujero cubierto con ramas de podas. La noche del día 17 el hombre se presentó en el cuartel de la Guardia Civil de San Miguel de Salinas para denunciar que su compañera sentimental había desaparecido.

Durante meses, la Guardia Civil estuvo rastreando toda la zona a la búsqueda de la desaparecida. La familia llegó a hacer carteles denunciando la desaparición. Pero la historia que contaba el novio no les cuadraba. En marzo de 2015, seis meses después de la desaparición, los agentes se presentaron en casa del acusado para practicar un registro y fue en ese momento cuando éste se derrumbó y les confesó que había matado a la mujer y dónde podrían encontrar el cadáver.

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