La Audiencia sentó ayer en el banquillo a un masajista de la playa de San Juan acusado de haberse propasado con una de sus clientes durante una sesión. Durante la sesión celebrada ayer, acusado y denunciante dieron versiones totalmente contrapuestas de los hechos. Él para negar, ella para reafirmarse en su denuncia. El proceso no pudo quedar visto para sentencia, ya que falta por declarar uno de los peritos sobre las supuestas lesiones psicológicas sufridas por la víctima. La Fiscalía reclama una pena de seis años de cárcel por abuso sexual.

Los hechos habrían ocurrido el 4 de noviembre de 2011 durante una de las sesiones de una técnica de masaje que daba el acusado conocida como kinesiología. La mujer denunció que durante el masaje, el acusado empezó a acariciarle los labios vaginales y el clítoris sin su permiso y acabó metiéndole uno de los dedos en el interior de la vagina, momento en el que ella le recriminó lo que estaba haciendo y se marchó a denunciarle.

El acusado ha negado tajantemente haberse propasado con la denunciante y que en todo caso ésta podría haber sacado una conclusión equivocada en el supuesto de que la hubiera rozado accidentalmente. El masajista se ha declarado totalmente inocente de las acusaciones y sostiene que éstas le han hecho tanto daño que ha dejado de ejercer su profesión.

Por su parte, la mujer se ratificó en todos los extremos de su denuncia y ha llegado a estallar en lágrimas durante su declaración en el juicio visiblemente afectada, según las fuentes consultadas por este diario. Las mismas fuentes indicaron que la mujer sostuvo en un primer momento estaba medio adormilada y sin saber cómo reaccionar cuando notó que el masajista empezaba a tocarle en sus partes íntimas y que se levantó violentamente cuando éste le introdujo totalmente el dedo en el interior de su vagina. Como consecuencia del trauma sufrido por estos hechos, la mujer tiene diagnosticado un síndrome de estrés postraumático.

La perito que tenía que haber declarado ayer, pero que no pudo comparecer ante el tribunal por otras obligaciones profesionales, ha realizado un informe que concluye que los trastornos psicológicos de la paciente son compatibles con los hechos denunciados, motivo por el que el juicio se suspendió para poder interrogarla otro día y dejarlo visto para sentencia.