Un guardia civil de 31 años que dio positivo en consumo de cannabis disparó ayer presuntamente en al menos cinco ocasiones a un conductor con el que, según las primeras investigaciones, había discutido cuando ambos circulaban por la A-3 a la altura de la localidad madrileña de Fuentidueña del Tajo. El fallecido es un hombre marroquí de 39 años y residente en la localidad toledana de Illescas.

El incidente ocurrió sobre las siete y media de la mañana en el kilómetro 67 de la citada autovía cuando, según comunicaron varios testigos, un BMW y un Opel Zafira colisionaron.

A continuación el conductor del primero, un guardia civil fuera de servicio, paró, se bajó del vehículo y, con su arma reglamentaria en la mano, persiguió presuntamente al conductor del segundo, que también había parado y que, al ver su actitud, salió corriendo, según explicaron varios testigos y relataron a Efe fuentes de la investigación. Pero no pudo huir porque, según los primeros datos recabados, el guardia civil disparó en varias ocasiones contra él -algunos testigos afirman que hasta en ocho ocasiones-, alcanzándole al menos cinco veces en la cabeza y dejándole malherido en la carretera.

Cuando los facultativos del Summa llegaron no pudieron reanimarle. Mientras tanto, el presunto homicida se quedó en el lugar de los hechos, aparentemente esperando a que llegasen sus compañeros para detenerle.

El BMW, con un golpe en la puerta del conductor, ha quedado aparcado a unos 50 metros del Opel Zafira, que presentaba varios golpes por toda la carrocería, y el cuerpo del fallecido quedó tendido a otros 50 metros más adelante, en dirección Madrid.

La principal hipótesis es que el homicidio se debió a una simple discusión de tráfico, según la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, aunque se investigan todas las posibilidades a la espera de tomar declaración al detenido en las dependencias de Tres Cantos. El guardia civil es Ángel Luis V.J., miembro del Instituto Armado desde 2005 y destinado actualmente en Quintanar de la Orden (Toledo). No constan en su expediente antecedentes ni incidentes previos. Estaba de baja por enfermedad común desde hace seis días, según fuentes de la investigación, que precisaron que no hay constancia de que tuviese ninguna patología psicológica, lo que hubiese implicado la retirada del arma. Otras fuentes detallaron que el guardia tenía problemas de espalda.