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El presunto asesino de Benidorm: «Yo iré a la cárcel pero tú antes saldrás degollada»

La mujer apuñalada estaba considerada como una «víctima de bajo riesgo»

El presunto asesino de Benidorm: «Yo iré a la cárcel pero tú antes saldrás degollada»

Ocho días después de que María del Carmen L., la mujer de 48 años asesinada a cuchilladas el pasado martes en Benidorm, se casara con su verdugo, Francisco José M. M., de 49 años, éste le lanzó una amenaza de muerte clara y premonitoria: «Yo iré a la cárcel, pero tú antes saldrás degollada». Fue el 14 de diciembre de 2014 en el domicilio que compartían, en un chalé de la calle Las Flores de Benidorm, cuando Mar y su hija, entonces de 15 años, no pudieron más y salieron de casa para ir a denunciar a Francisco José.

Era la primera denuncia que interponía Mar contra el ahora detenido por su asesinato y su primera intención ni siquiera fue acusarle de los malos tratos que llevaba años infligiéndole, sino que acudió a la Policía Nacional a petición de su hija, para denunciar el constante acoso y las continuas agresiones, físicas y psicológicas, a las que su marido tenía sometida a la menor. El juicio se celebró hace dos meses y quedó en una absolución, al negarse a declarar contra él tanto la menor, como la mujer ahora asesinada. El fiscal quería que la joven testificara pero el juez de lo Penal lo rechazó al decir ella que veía al acusado como su padre, aunque no lo fuera carnalmente.

La mujer asesinada tenía una baja valoración de riesgo de maltrato para la Policía. Todo ello a pesar de que ella solía acudir a los Servicios Sociales de Benidorm, donde frecuentemente la aconsejaban que denunciara su situación, y alguna que otra vez la Policía se había presentado en el domicilio por discusiones. La víctima había renunciado expresamente a la orden de protección y seguía conviviendo con su agresor, así como en un juicio celebrado hace tan sólo dos meses tanto su hija como ella se acogieron a su derecho a no declarar contra él. La mujer incluso excusó a su marido alegando que sólo se ponía violento y agresivo «cuando se enfadaba». Y agregó que no temía por su integridad física y que no le creía capaz de llevar a cabo su amenaza.

La víctima falleció tras recibir tres puñaladas con un cuchillo de cocina en el pecho y dos en el cuello en el domicilio que ambos compartían. Su presunto asesino estaba tumbado junto a ella en la cama cuando la Policía entró en la vivienda. El presunto agresor había tratado de autolesionarse tras cometer el crimen, provocándose unas heridas que podrían ser más graves de las que se suponía al principio. Ayer tuvo que ser trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General dado que tenía problemas de movilidad en las piernas y se sospecha que podría haberse seccionado algún músculo o nervio.

El hombre fue detenido por primera vez en el año 2010 tras una denuncia que jamás llegó a juicio, ya que ella se negó a ratificarla en Comisaría. La mujer se acogió a su derecho a no declarar contra él y no quiso que la Policía la trasladara al centro de salud para que examinaran sus lesiones. Sin parte de lesiones y sin denuncia, el caso se archivó con el informe favorable del fiscal.

El presunto homicida trabajaba como conductor de autobús, mientras que la víctima se dedicaba al sector de la hostelería. Fuentes cercanas a su entorno explicaron que en los últimos tiempos había tenido que trabajar desde casa aceptando encargos de repostería, dado que era frecuente que su pareja se presentara en el centro de trabajo y la montara algún número por celos.

Por su parte, el presidente de la Audiencia de Alicante, Vicente Magro, reclamó ayer que se ampliaran los supuestos en que se debe aplicar la prisión permanente revisable, para que se incluyeran los crímenes de violencia de género, así como los homicidios a menores de edad. Magro señaló que se trata de ajustar la pena a la gravedad del delito y aseguró que esta medida «no está reñida con la reinserción, ya que a los 25 años se puede revisar su situación si se ha arrepentido y ha pagado la indemnización».

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