La culpa fue de la crisis. Un acusado de estafar más de medio millón a siete inversores que le confiaron sus ahorros alegó ayer en el juicio que, con el estallido de la recesión, se quedó sin financiación y no pudo hacer frente a los pagos. La Fiscalía le reclama cuatro años de cárcel y que se indemnice a los perjudicados en la vista oral que ayer comenzó en la Audiencia de Alicante. Junto a él se sentaban en el banquillo otros tres procesados, uno de ellos uno de sus hermanos, que ayer adujeron que eran empleados y no tenían responsabilidad en la empresa de inversiones. Otro de sus hermanos y la mujer de este último están en paradero desconocido y también están acusados por estos hechos.

Francisco José Villanueva Garijo ha tenido otras denuncias por estafa por hechos similares. Algunas de ellas se han saldado con una absolución pero en tres procesos salió condenado con penas que suman más de siete años y por las que está en la cárcel.

El acusado concedía préstamos en el momento en que los bancos empezaron a cerrar el grifo del crédito, dinero que salía de las aportaciones de los inversores. Este préstamo se avalaba con la hipoteca de la vivienda. Sin embargo, estalló la crisis, mientras que los tribunales empezaron a tumbar estos préstamos por ser considerados «usurarios». El acusado adujo que la financiación se le cerró y los bancos tenían preferencia sobre su empresa a la hora de quedarse con las viviendas de los morosos, por lo que no pudo hacer frente a los pagos. El fiscal considera que el acusado, cuya empresa llegó a tener 25 sedes y 80 empleados, destinara a inversión efectiva o productiva real que le permitiera devolver el dinero a los inversores y considera los hechos una estafa piramidal.