Los médicos forenses declararon ayer en el juicio contra el parricida de Carabanchel que la muerte del bebé de 19 meses, al que aplicó un relajante muscular a modo de sedante, se produjo por una profunda puñalada en el cuello, aunque también presentaba otras 18 heridas de arma blanca por todo el cuerpo.

En la última sesión del juicio contra Jorge Diego C.A., que el pasado martes reconoció haber asesinado a su hijo Lucas, de 19 meses, y haber intentado hacer lo mismo con su hijo David, de 5 años, hechos por los que se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 21 años de prisión, se ha practicado la prueba pericial del caso. Los dos médicos forenses que estuvieron presentes en el levantamiento del cadáver del bebé el día de los hechos, el 28 de abril de 2014, han relatado a la sección séptima de la Audiencia Provincial de Madrid cómo encontraron al niño. «Estaba sobre la cama de un dormitorio, boca arriba y descubierto, con abundantes manchas de sangre en las sábanas y en la ropa. La causa de la muerte se debió a una profunda herida en el cuello, producida por un filo aparentemente regular que seccionaba completamente la carótida».