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El padre de Serena, una de las siete jóvenes italianas fallecidas en el accidente de Freginals, criticó ayer que el autocar regresara de Valencia a Barcelona de madrugada. «La envié a España tranquilo y ahora ha muerto», lamentó.

«Era demasiado tarde para conducir, con gente joven que había venido a este país a disfrutar y estudiar y al final ha muerto», dijo.

Su hija, Serena, de 22 años, natural de Turín (Italia), era estudiante de cuarto de Farmacia y su padre lamentó que no se les confirmara su muerte hasta pasadas 24 horas. Él y un joven que le acompañaba pidieron ayer que se tomen las medidas pertinentes para que un accidente como éste no se vuelva a producir.

El Parador de Tortosa acoge el dispositivo desplegado para atender a las familias de las víctimas del accidente, en el que fallecieron trece universitarias europeas.

Un superviviente del autobús que resultó herido en el brazo izquierdo expresó su consternación por los hechos: «El dolor más grande es el moral». Lo explicó tras acudir al acto institucional en recuerdo de las víctimas que tuvo lugar ayer en la Universitat de Barcelona (UB). El joven, que se llama Hans y procede de Perú, dijo que es «muy difícil de superar» verse rodeado por esta tragedia y añadió que ya se ha podido poner en contacto con su familia para comunicarles que está bien.

«Nunca creí que saliera con vida de aquel lugar viendo cómo estaba el resto de mis compañeros», escribió A.G., otro de los alumnos de Erasmus que viajaba en el autocar siniestrado. A.G. dejó este mensaje en uno de los ocho libros de condolencias que se encuentran en el vestíbulo del Edificio Histórico de la Universidad de Barcelona (UB) para honrar y recordar a las víctimas del accidente de Freginals. «No tengo palabras para describir lo que ha pasado», afirmó.

Otro de los estudiantes que viajó a Valencia con motivo de las Fallas explicó a Efe que él viajaba en otro autobús, y que, igual que sus compañeros, estaba durmiendo cuando tuvieron lugar los hechos.

«Solo por suerte, yo no estaba en ese autobús», podía leerse en otra de las dedicatorias.