Médicas, geógrafas, economistas y farmacéuticas. El accidente de Freginals costó la vida a 13 futuras profesionales que volvían junto a sus compañeros Erasmus de vivir la experiencia fallera. Siete de las fallecidas eran italianas, una rumana, una uzbeca, dos alemanas y otra austríaca. Todas participaron en el tour que la Erasmus Student Network (ESN) organiza anualmente con motivo de las fiestas josefinas y alrededor del cual este año se habían agrupado más de 1.000 estudiantes, según explicó la organización a este diario.

La entidad planificó esta excursión (con un coste de 20 euros) como en años anteriores. «Las secciones del resto de España vienen, casi siempre en autobuses, y los de aquí ejercemos de anfitriones», indica Hugo López, presidente del colectivo en Valencia. «Llegaron por la mañana, se les llevó a ver la mascletà y después se les dejó tiempo libre para comer», señaló. En ediciones anteriores solían comer en el río, indicaron fuentes de la organización.

«Por la tarde, se les llevó a ver fallas, los principales monumentos de Sección Especial. Tras un tiempo libre para cenar, vimos la cremà y después les acompañamos a los autobuses. Cada sección partía a una hora diferente», detalló López. El de las accidentadas lo hizo alrededor de las 03.30 horas de la madrugada.

«Queremos remarcar que somos una asociación sin ánimo de lucro. Esto no es una empresa que monta fiestas para enriquecerse. De hecho, el día de la cremà ya no queda ni fiesta», quiso aclarar Eric Carmona, de la junta directiva de ESN.

En esta ocasión, como en otras, llegaron alumnos internacionales desde ciudades como Zaragoza, Barcelona, Murcia o Madrid. Cada sección contaba con un «padrino» que les guiaba por la ciudad, les explicaba en qué consisten las Fallas y les acompañaba de nuevo tras la cremà a sus medios de transporte correspondientes para su vuelta a casa.

«Lo que ha ocurrido es una desgracia de esas que no te esperas», lamentó el presidente de la ESN de Valencia mientras volvía del acto de homenaje celebrado en Barcelona por la mañana. No recuerda si habló con las jóvenes. «Llevaba a un grupo con más de 300 personas. Charlas con todos, conoces gente nueva. No esperas que pase algo así horas después», comentó el joven, «padrino»precisamente del grupo de las universidades catalanas.

Entre las fallecidas italianas, con las que se han volcado los medios transalpinos, se encontraba la joven Serena Saracino, que la semana que viene habría cumplido 23 años. Todas tenían entre 19 y 24 años.