Un hombre de 43 años con antecedentes policiales murió ayer en Berlín al estallar una bomba colocada en los bajos del coche que conducía, un ataque que las fuerzas de seguridad vinculan con el crimen organizado, según las primeras investigaciones. La detonación del artefacto explosivo lanzó el coche contra un Porsche aparcado en la zona e hirió de gravedad en las piernas al conductor, que murió desangrado en el lugar. El coche quedó finalmente parado en el medio de la calzada y la Policía estableció un amplio perímetro de seguridad mientras los artificieros confirmaban que no había más explosivos.