Un matrimonio, formado por una mujer de 79 años y un hombre de 74, apareció ayer muerto en su vivienda de la capital burgalesa al parecer por una intoxicación por monóxido de carbono, aunque los investigadores están a la espera del resultado de la autopsia, según fuentes del caso.

Una vecina de la Barriada de la Inmaculada, donde las víctimas vivían desde hace décadas, alertó el martes a la Policía Nacional porque llevaba varios días sin ver a sus vecinos y temía que les hubiera pasado algo. Cuando la Policía Nacional, junto a bomberos del parque de Burgos, entró en la vivienda encontraron al hombre tumbado en un sofá cama y a la mujer en otro sofá, ambos fallecidos, sin signos de violencia y tapados con sendas mantas.

La autopsia determinará el momento aproximado del fallecimiento, aunque la impresión de los investigadores es que el fallecimiento se pudo producir hace varios días. Aunque las mediciones de monóxido de carbono dieron niveles normales y el calentador de gas butano tenía la llave de paso cerrada, todo apunta a que la muerte pudo deberse a una intoxicación por mala combustión de una «cocina económica» de carbón o por las brasas acumuladas en un balde metálico. El tiempo pasado desde el fallecimiento habría hecho que se disipara la concentración del gas tóxico.