Cuatro menores, dos chicos y dos chicas, han sido puestos a disposición de la Fiscalía por su implicación en el atropello que el viernes por la noche acabó con la vida del guardia civil José Antonio Pérez en un control de tráfico en Barbastro (Huesca).

El supuesto autor de los hechos es un varón de 17 años que dio positivo en el test de consumo de drogas, otro varón de 14 años y dos mujeres, de 17 y 14 años, supuestos acompañantes del mismo.

El Instituto Armado explicó ayer que realizaban un control de alcoholemia y drogas en la rotonda de intersección entre la N-240 y la N-123 a su paso por Barbastro dos patrullas pertenecientes al destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de esta localidad. Sobre las 19.35 horas le fue dado el alto a un turismo Opel Astra, cuyo conductor hizo intención de detenerse a las señales por lo que el agente se dirigió hacia el vehículo para realizar la prueba de alcoholemia e introdujo sus brazos en el interior del mismo para ofrecerle el etilómetro.

En ese momento, según la Guardia Civil, el conductor atrapó los brazos del agente contra el volante y aceleró súbitamente, iniciando la fuga del lugar, arrastrándolo 460 metros hasta que el coche se incorporó a la N-240, sentido Huesca. Chocó lateralmente contra la bionda derecha, lo que provocó el reventón de una rueda y que el vehículo saliese en dirección a los coches que circulaban en sentido contrario, colisionando contra un Audi Q-7, y quedando el cuerpo del guardia civil sobre el asfalto.

El agente, de 54 años, natural de Zamora y que llevaba 27 años destinado en esta población oscense, falleció sin que las asistencias sanitarias pudieran hacer nada por su vida. Los ocupantes del coche se dieron a la fuga a pie, siendo detenidos más tarde.