Un tribunal ha impuesto tres años y nueve meses de cárcel a un hombre por intentar matar de una puñalada a su hermano tras discutir con él porque quería llevarse los muebles del domicilio familiar, en Alicante, en su mudanza a otra vivienda.

El incidente ocurrió la tarde del 5 de diciembre de 2014 cuando el sospechoso, A.M.E., de 55 años, trató de pinchar a la víctima en el vientre con un cuchillo de grandes dimensiones en un piso ubicado en la calle Diputado Joaquín Galant de la ciudad.

El agredido saltó hacia atrás e interpuso el antebrazo izquierdo en la trayectoria del arma, lo que le produjo una herida en esa extremidad que afectó a algunos músculos y le causo una importante hemorragia.

Agentes de la Policía Nacional que habían recibido el aviso de lo que estaba ocurriendo se personaron a continuación en el domicilio y apresaron a A.M.E., quien les confesó que quería matar a su hermano, le iba a "cortar el cuello" y le había asestado una puñalada en el estómago.

Durante el juicio, que se celebró el pasado 18 de febrero en la sección décima de la Audiencia Provincial, el agresor negó que hubiera atacado a la víctima y declaró que fue ésta quien se abalanzó sobre él.

Por su parte, el agredido se acogió a su derecho a no declarar con su familiar y expresó en la sala entre lágrimas su deseo de reconciliarse con él y de olvidar lo sucedido.

En la sentencia, hecha pública hoy, los magistrados fundamentan la condena en la confesión espontánea que realizó ante los policías el sospechoso en el piso cuando aún tenía en la mano el arma utilizada para cometer el delito.

Los propios agentes lo contaron durante la vista oral y la sala ha dictaminado que estos testimonios, que son compatibles con los de los testigos que acompañaban a la víctima en la mudanza, son una prueba "válida para enervar la presunción de inocencia".

El tribunal descarta que A.M.E se viera influido por la ingesta de alcohol aunque varias personas lo vieran esa tarde consumir varias copas de whisky y considera que quiso causar la muerte de su hermano porque realizó "una conducta evidentemente idónea" para lograrlo.

Igualmente rechaza aplicarle la atenuante de obcecación porque su reacción fue desproporcionada al hecho de que su hermano se fuera a mudar a otra vivienda con su mujer e hijos y se llevara los muebles del domicilio común.

Además de decretar la pena de prisión, los magistrados han condenado al agresor a seis años de alejamiento y prohibición de contactar con su hermano y a indemnizarle con 5.870 euros por las lesiones y secuelas sufridas.