Primero fueron los cursos de reeducación para los maltratadores, luego para los condenados por delitos de seguridad vial y ahora la Audiencia de Alicante ha puesto en marcha una nueva iniciativa destinada a personas condenadas por delitos sexuales. Al igual que en los programas anteriores, los cursos no estarán destinados a personas condenadas por delitos graves, sino aquellas que no vayan a tener que ir a la cárcel al haber sido condenados a menos de dos de cárcel. La Fiscalía de Alicante investiga una media de 400 causas por delitos sexuales de todo tipo cada año.

Estos nuevos cursos de la Audiencia Provincial se han puesto en marcha después de una sentencia dictada a finales del pasado mes de enero en el que un hombre fue condenado a dos años de cárcel por haber besado en la boca a una amiga de su hija con la que se había quedado a solas en casa. Al no tener antecedentes penales, la sala le suspendió la pena pero puso como condición que no volviera a delinquir en el plazo de dos años; que indemnizara a la menor con 3.000 euros por los daños morales; y someterse a programas de educación sexual. En caso de que incumpla alguno de estos puntos tendrá que ir a la cárcel.

El presidente de la Audiencia, Vicente Magro, explicó a este diario que el programa se hará de manera paralela a los que tienen en marcha los servicios sociales penitenciarios de Fontcalent y tratarán de «inculcar en el condenado valores que le alejen de roles machistas y favorecer actitudes que permitan asumir la sexualidad desde la comunicación, el respeto y la responsabilidad». Magro encargó el proyecto a la Oficina de Medidas Alternativas de la Audiencia, que recibió el premio Calidad de la Justicia del año pasado del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para esbozar lo que serán estos cursos. El programa parte de la base de que detrás de algunas de estos abusos sexuales se esconden problemas de actitudes machistas, por lo que se aplicarán algunos de los principios que ya se imparten en los cursos para reeducar maltratadores. También se tratará de hacer prevención en casos en los que las víctimas sean menores de edad.

El módulo tiene una duración prevista de tres meses y con un máximo de diez personas por cada sesión, a fin de poder individualizar la intervención y que el grupo pueda interactuar. Los asistentes a estos cursos realizarán tests en los que el objetivo será detectar el riesgo que tienen de reincidir en sus conductas.

El presidente de la Audiencia señaló que un 20 por ciento de los delincuentes sexuales que no han recibido tratamiento pueden reincidir. Por ello, el objetivo principal es poder prevenir y corregir comportamientos antes de que el delincuente pueda cometer hechos más graves. «No existe una panacea para curar a estos delincuentes porque no es una enfermedad, pero sí existen medios para paliar el problema», explicó Magro.

Entre los aspectos en los que van incidir las sesiones están en concienciar al condenado de lo que ha hecho, haciendo que se olviden de ideas erróneas como que el sexo es cosa de hombres, la sexualidad femenina está supeditada a la masculina y la función de la mujer es la de complacer al hombre. En estos módulos se tratará de hacer un entrenamiento del condenado en habilidades interpersonales y a aprender a controlar impulsos.