Las Fuerzas de Seguridad detectaron el pasado año 1.324 delitos de odio, un 13 por ciento más que en 2014, según los datos facilitados ayer en rueda de prensa por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien puso de manifiesto la necesidad de sacar del «agujero negro» del anonimato a las víctimas. El titular de Interior ofreció un balance de estos delitos en una rueda de prensa en la que también dio cuenta de los resultados policiales contra la trata de seres humanos tanto con fines de explotación sexual como laboral.

Sobre los delitos de odio, el ministro recordó las modificaciones legales y las iniciativas de su departamento para mejorar la lucha contra unas conductas que no pueden ser aceptadas en una sociedad democrática como la española.

De los 1.324 delitos de este tipo, la mayoría, 506 fueron casos de racismo y xenofobia, 308 por ideología, 224 dirigidos contra personas con discapacidad y 168 por orientación sexual, entre los más numerosos. Tras ellos le siguen 70 por creencias o prácticas religiosas, 24 por discriminación sexual o de género, 15 por aporofobia y 9 por antisemitismo.

Fernández Díaz subrayó que este aumento se debe en cualquier caso a la incorporación este año de dos incidentes de delitos de odio, por ideología y por discriminación de género, y ha resaltado el descenso en un 67 % de las conductas cometidas contra la orientación o identidad sexual de las personas.

Respecto a la trata de seres humanos, se realizaron 3.007 inspecciones administrativas por explotación sexual, con 13.879 personas detectadas en situación de riesgo y 42 organizaciones desarticuladas. El pasado año fueron detenidas por trata de seres humanos 152 personas a las que se suman las 319 arrestadas por explotación sexual. Respecto a la explotación laboral, se detectaron 10.835 personas en situación de riesgo, se desarticularon 15 grupos criminales y se detuvo a casi 350 personas por trata y explotación laboral.