La Audiencia de Alicante sentó ayer en el banquillo a un vecino de San Fulgencio acusado de haber drogado a su expareja para tener relaciones sexuales con ella una noche en la que salieron a cenar. El procesado, para quien el fiscal pide nueve años de cárcel, aseguró ayer que esa velada los dos habían bebido en varios pubs de Alicante y acabaron teniendo relaciones, después de que él la llevara a casa.

La víctima, que no encontraba explicación al hecho de que no recordara nada a partir de un momento de la noche, decidió hacerse una analítica de sangre y orina y en ellas se encontraron rastros de benzodiazepina, una sustancia narcótica. En un registro en casa del acusado, la Guardia Civil encontró una caja de un medicamento que contiene esa sustancia y al que le faltaban dos pastillas. El procesado dijo que esa era una medicación que pertenecía a su tía y que se quedó en la casa después de que ella ingresara en una residencia de ancianos.

Los hechos ocurrieron la madrugada del 23 de mayo de 2013. El acusado y la denunciante habían tenido una relación sentimental diez años atrás y en los últimos meses habían empezado a volver a verse pero «sólo como amigos». Aquella noche ambos salieron a cenar a Alicante y luego se marcharon de copas. «Fui un momento al baño y tomamos un chupito. A partir de ese momento ya no recuerdo nada», declaró ayer la víctima. La mujer dijo que se despertó fatal a la mañana siguiente y que ella no había bebido tanto para estar así. Al levantarse se encontró con el acusado en el pasillo y se dio cuenta de que se había quedado a dormir con ella. «Me venían flashes de la noche. Él sacándome del coche, diciéndome "no te muevas hija de puta", o moviéndome la cabeza para que le hiciera una felación», relató. La denunciante aseguró que siempre dejó claro al acusado que no quería tener relaciones con él y sólo quería su amistad. Según su versión, el acusado le negó que esa noche hubieran tenido relaciones aunque al final se lo admitió. El procesado sostiene que se lo dijo desde el primer momento.