El acusado de violar a una mujer en su casa en el Cabo de las Huertas de Alicante y tenerla retenida toda la noche será condenado a penas que suman 24 años y seis meses de prisión tras admitir ayer los hechos en la Audiencia Provincial. El juicio se celebró ayer en una vista a puerta cerrada de apenas cinco minutos de duración en la que el acusado M. S. y la víctima se mostraron de acuerdo con el escrito de acusación del fiscal. El ministerio público le acusa de delitos de robo con fuerza, robo con violencia, agresión sexual y detención ilegal.

La mujer declaró desde otra planta del edificio por videoconferencia para no tener contacto visual con su agresor, dado el trauma que aún sufre por estos hechos. El acusado al término de la vista sólo dijo que sentía mucho todo lo ocurrido. La víctima estaba personada en este juicio como acusación particular e inicialmente pedía 28 años de cárcel. Con el acuerdo alcanzado ayer, su abogado se ha adherido a la petición del fiscal, así como el de la defensa. Esto ha permitido que la mujer no tuviera que revivir el trauma de lo ocurrido. La víctima padeció un trastorno por estrés postraumático después de una noche de pesadilla, cuyas secuelas todavía permanecen en la actualidad.

Los hechos ocurrieron en agosto de 2013 en casa de la víctima en el Cabo de las Huertas de Alicante. El acusado había estado en el domicilio para trabajar en unas obras de reforma en unos trabajos realizados por una subcontrata de una gran superficie de bricolaje de la ciudad. Por ello tenía conocimiento de primera mano de la disposición de la vivienda y que su propietaria vivía sola. Durante varios días entró a robar y se llevó 900 euros, una tablet y varias joyas.

La noche del 16 de agosto, cuando entraba a robar por tercera vez a la vivienda, en el momento en que la víctima estaba durmiendo. Armado con un cuchillo irrumpió en el dormitorio, donde ató y amordazó a la dueña y la que violó anal, bucal y vaginalmente, mientras tenía los ojos vendados. La mujer permaneció toda la noche encerrada en un dormitorio aterrorizada sin salir, ni siquiera para ir al cuarto de baño, por temor a que el acusado estuviese aún en la casa.

Cuando dejó de escuchar ruido, horas después, la mujer descubrió horrorizada que el procesado seguía allí esperándola, y a la ató nuevamente porque iba a salir de la casa, con efectos robados entre los que se encontraban las tarjetas de la víctima. Al regresar, obligó a la mujer a ducharse para tratar de eliminar cualquier resto biológico de la agresión sexual. El secuestro terminó cuando a las doce del mediodía se presentó el padre de la víctima en la casa preocupado porque no sabían nada de ella. El hombre se encontró la puerta cerrada con la cadena por dentro y, al escuchar los gritos de auxilio de su hija, echó la puerta abajo a patadas. El acusado logró huir tras mantener un forcejeo con él, pero pudo ser detenido poco después. En la fuga, llegó a perder las llaves del coche de su víctima, que también pretendía llevarse. El violador pudo ser detenido poco después en su casa, donde la Policía encontró algunos de los efectos robados en casa de la víctima. Desde entonces estaba en prisión preventiva. El fiscal reclama un límite máximo de cumplimiento de la pena de 20 años de cárcel. Los forenses no han encontrado alteraciones mentales que permitan rebajar su responsabilidad en los hechos.