Un hombre de 40 años ingresó ayer en prisión acusado de agredir y abusar sexualmente de decenas de niñas en la provincia de Valencian desde hace casi una veintena de años. La Policía Nacional lo detuvo el jueves en un municipio de comarca valenciana de l'Horta Sud a este hombre, que ayer pasó a disposición judicial decretándose su ingreso en la cárcel provisional.

Muchas de ellas eran menores de 10 años cuando empezaron a sufrir el acoso del presunto pederasta, que no tenía antecedentes porque nadie lo había denunciado hasta ahora, ya que las víctimas tenían miedo y vergüenza por lo que estaban padeciendo. El arrestado confesó ante la Policía Nacional entre 15 y 20 casos y ha admitido que los abusos comenzaron en 1997. La detención del supuesto agresor sexual se produjo el pasado jueves, después de una intensa investigación del grupo de policía judicial de una comisaría de Policía Nacional que, al igual que el municipio de las víctimas, este medio omite para preservar por completo el anonimato de las víctimas.

Según pudo saber este diario de fuentes de toda solvencia, la detención se produjo gracias a que una de sus últimas víctimas, una niña de sólo 12 años, no pudo soportar más la situación y acabó confesándole a sus padres que estaba siendo objeto de abusos sexuales por parte de un vecino de su barrio. La niña destapó los hechos al revelar que había muchas más chicas en su situación.

Ante esa revelación, los padres acudieron a la comisaría y presentaron una denuncia formal en la que incluso aportaban datos muy claros sobre la identidad del sospechoso, a quien conocían sobradamente en el barrio.

Las abordaba en un parque

Al parecer, el arrestado, de nombre Javier, buscaba a las niñas en una plaza con parque público del barrio en el que reside desde siempre, y desde allí se las llevaba a veces bajo engaño, a veces bajo amenazas, a lugares solitarios donde supuestamente consumaba los delitos de lo que ahora se le acusa. Todas la menores a las que ha ido sometiendo a abusos y agresiones sexuales son vecinas del mismo barrio, pero el miedo y la vergüenza que lograba imprimir en las pequeñas le ha permitido mantenerse en la sombra durante todos estos años.

Tras conocer la denuncia y explorar -término legal que designa la toma de declaración en el caso de los menores- a la niña de 12 años, los agentes iniciaron una investigación que, según fuentes próximas a las víctimas, se ha prolongado por espacio de casi una semana, a lo largo de la cual los policías han tomado declaración a decenas de niñas. Todas ellas han reconocido sin ningún género de dudas al detenido como la persona que las sometió a tocamientos y otros actos sexuales más graves.

Una vez reunidas todas las pruebas contra el sospechoso, la Policía Nacional acudió a su casa y lo arrestó. El presunto pederasta negó en un primer momento los hechos, aunque acabó por confesar entre 15 y 20 casos, aunque posiblemente haya habido muchas más niñas a lo largo de estos casi veinte años, muchas de las cuales podrían decidirse ahora a denunciar los hechos, según la Policía.

Las víctimas tenían entre 10 y 17 años en el momento en que sufrieron los abusos, que se prolongaron en el tiempo.