Por la puerta de atrás y sin hacer declaraciones. Así abandonó el empresario Enrique Ortiz los juzgados de Benalúa, después de que el juzgado le autorizara a abandonar el edificio por esta salida para eludir a las cámaras que le esperaban en la puerta. Una puerta que habitualmente permanece cerrada con llave, que guardan los guardias civiles que custodian el edificio. La llegada de Ortiz al Palacio de Justicia ya resultó movida después de que algún personaje en busca de su minuto de gloria se metiera delante de los objetivos de las cámaras para increparle e insultarle. Algunos funcionarios de los juzgados no pudieron resistir la tentación de asomarse por las ventanas para ver la escena. A la salida, a las cámaras se les iban sumando ciudadanos que querían captar el momento con sus móviles. El juicio ya se había suspendido y el empresario no abandonaba el edificio. Poco antes de que su abogado saliera a la calle para atender a los medios, Ortiz se marchó por la puerta de atrás en compañía de otros acusados.