Un educador del Hospital Psiquiátrico de Fontcalent expedientado por Instituciones Penitenciarias desde el pasado año por quedarse dinero de internos que realizaban salidas terapéuticas ha sido investigado -denominación que sustituye a la de imputado tras la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal- por un juez de Alicante tras la denuncia presentada por la Fiscalía y ayer prestó declaración acusado de los delitos de falsedad, estafa y apropiación indebida. En concreto se le acusa de quedarse presuntamente con más de 13.000 euros de 26 pacientes del centro desde 2013, según los datos que se manejan inicialmente y que se concretarán conforme avancen las diligencias abiertas.

El funcionario, que estaba de baja y fue suspendido de sus funciones por Instituciones Penitenciarias tras concluir la investigación interna, no ha reconocido desde el principio las acusaciones que pesan sobre él.

Sin embargo, el informe elaborado por los inspectores de Instituciones Penitenciarias, que se desplazaron el pasado julio de Madrid a Alicante para interrogar al educador, a internos y a personal del Psiquiátrico, ha sido lo suficientemente concluyente para que la Fiscalía de Vigilancia Penitenciaria llevara el caso a un juzgado de Instrucción de Alicante. Además del informe de Instituciones Penitenciarias correspondiente al expediente disciplinario, uno de los internos presentó una denuncia contra el educador.

Cuenta de peculio

La investigación interna de Instituciones Penitenciarias que ha llevado la Fiscalía al juzgado instructor destapó tres vías diferentes que presuntamente utilizó el educador para quedarse dinero que los internos tenían en su cuenta de peculio -dinero que familiares o allegados depositan y se gestiona en el centro penitenciario- e incluso en cuentas de sucursales bancarias.

Una de las presuntas irregularidades que se investigan en el juzgado se refieren a una decena de internos que participaron en salidas terapéuticas con el educador investigado y declararon a los inspectores de Instituciones Penitenciarias que les faltó dinero de su peculio. Para estas salidas el educador elaboraba una lista de internos y para los gastos cada uno solía pedir de su cuenta de peculio entre 25 y 50 euros.

Cuando regresaban al Psiquiátrico el dinero que le sobraba a cada interno presuntamente lo guardaba el funcionario, en vez de ingresarlo de nuevo en la cuenta de peculio. Los internos aseguran que el funcionario les prometía que iba a devolverles el dinero, pero en numerosas ocasiones supuestamente no ocurrió así y más de un paciente no lo reclamaba por temor a no volver a ser incluido en la lista de salidas terapéuticas.

Otra de las supuestas anomalías que se investigan es la falsificación de la firma de los internos para sacar dinero de sus cuentas de peculio con la excusa de salidas terapéuticas que no llegaron a realizar.

Asimismo, en alguna ocasión internos que participaron en salidas terapéuticas realizaron reintegros de dinero en entidades bancarias. Para ello, conseguía en el centro el DNI de los internos pese a no estar autorizado.