Hacía tiempo que sospechaba que su hermana sufría los mismos abusos sexuales que ella por parte de su padre y durante estos años se ha culpado por no haber denunciado antes. Éste fue el testimonio de una de las dos jóvenes de Alcoy que denunciaron haber sufrido abusos sexuales por parte de su padre durante ocho años. Las dos menores, una de ellas con un ligero retraso intelectual, ratificaron ayer sus denuncias en el juicio celebrado en la Audiencia. El acusado, que fue detenido el pasado noviembre tras pasar meses oculto en un pueblo abandonado de Murcia, negó ayer los cargos y atribuyó la denuncia a un montaje de la mayor de ambas. Una tercera hija declaró en el juicio para defender a su padre y asegurar que nunca vio nada de lo que se denunció. La Fiscalía mantuvo ayer su petición de penas que suman 20 años de prisión por dos delitos continuados de abuso sexual. La defensa, que ejerce el abogado José Manuel Yepes, pide la libre absolución por falta de pruebas.

Según los escritos de acusación, los hechos habrían ocurrido entre 2004 y 2012, desde que la mayor de las hijas tenía entre 8 y 16 años y la menor desde los 7 hasta los 15. Los abusos se habrían producido con una media de entre dos y cuatro veces por semana, cada vez que la madre de las menores se encontraba ausente del domicilio. Según la denuncia, a una de las menores, la hermana mayor, la habría realizado tocamientos, masajes genitales; mientras que en el caso de la otra menor se llegaron a dar relaciones sexuales con penetración.

El acusado iba a haber sido juzgado por estos hechos en 2013, pero la Audiencia le puso en busca y captura debido a que estaba en paradero desconocido. La Policía le localizó en un pueblo abandonado de Murcia, donde había estado ocultándose y viviendo de lo que le daba la naturaleza.

El procesado, que está en prisión preventiva desde su captura en Murcia, no admitió ninguno de los años de abusos sexuales que le atribuyen las dos hijas menores. Según manifestó, la denuncia era una venganza de la hija mayor. «Yo era un padre muy estricto y ella lo que quería era irse a vivir con su novio», aseguró ayer en el juicio.

Las dos menores ratificaron en la vista oral los supuestos abusos sufridos durante años, aunque la menor de ellas fue más parca en palabras debido a su discapacidad. La mayor de ellas señaló que con el tiempo sospechó que su hermana estaba sufriendo los mismos abusos que ella y que llegó a culparse de no haber dicho nada antes porque de esa manera le hubiera evitado a ella los abusos que ésta sufrió. La joven relató que fue su novio quien le animó a denunciar los hechos cuando ella le contó lo que pasaba en casa.

Por su parte, el entonces novio de la víctima dijo ayer en el juicio a preguntas de la defensa que su entonces pareja le había dicho tiempo después que la denuncia era falsa. Las acusaciones pusieron en entredicho esta afirmación. La vista no estuvo exenta de momentos de tensión y familiares cercanos al padre fueron a respaldarle. Entre ellos, declaró como testigo una tercera hija menor de edad para exculparle de los hechos y decir que ella no vio nada en el tiempo en que vivió con él en casa.

En la vista declararon dos psiquiatras forenses que atendieron a las menores para valorar la credibilidad de su testimonio y destacaron que ambas hicieron un relato libre y espontáneo, descartando que relataran un guión ya aprendido. La defensa incidió en que en dicha prueba, no detectaron la discapacidad de una de las víctimas.