El menor de 7 años hallado muerto el pasado día 5 en un piso de Girona, pero que había fallecido hacía más de un mes, no tenía signos de violencia, según los primeros datos de la autopsia. Los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) estaban a la espera de tener los resultados de los análisis de todas las muestras. De momento, y debido también al avanzado estado de descomposición del cuerpo, se desconoce la causa exacta de la muerte. Los padres pasarán a disposición del juzgado de guardia hoy.

Los investigadores esperan que su declaración aporte cuándo murió el pequeño y por qué. Otra incógnita a resolver sería por qué los padres, que trabajan en la embajada norteamericana, no comunicaron la defunción del pequeño a nadie y se encerraron en casa. La hipótesis que toma más fuerza es que el pequeño hubiera enfermado, empeorara, los padres no le dieran el cuidado médico necesario y acabara muriendo. El comportamiento posterior de los padres se podría deber a una alteración mental, por la que pudieran pensar que el niño no había muerto, o que no quisieran aceptarlo.