El pequeño Jordi, un niño de tres años que desapareció la tarde del pasado jueves en Camós (Girona), fue encontrado sano y salvo ayer mediodía, a pesar de permanecer al raso, solo, toda la noche, a 1,5 kilómetros de distancia de Can Serrallonga, la casa rural donde su familia tenía previsto celebrar la Nochevieja.

Pasadas las 13.30 horas de ayer, un hombre y su hijo, que no participaban en el dispositivo de búsqueda que se había organizado y en el que había más de 500 personas, lo encontraron junto a la fuente de Mas Ventós y se pusieron en contacto con los Bomberos de la Generalitat para notificar su localización en esta zona boscosa.

El niño, según comentó el conseller de Interior, Jordi Jané, se encuentra «bien de salud», aunque tenía un poco de frío, tras pasar una veintena de horas solo, durante una noche en la que las temperaturas fueron inferiores a los diez grados.

Efectivos de los bomberos, después de darle zumos y protegerlo con una manta térmica, trasladaron al menor hasta Can Serrallonga, donde se encontraban sus padres, que lo identificaron y pudieron estar con él. Asimismo, efectivos del Sistema de Emergencias Médicas, le realizaron un primer reconocimiento médico.

Jané mostró su satisfacción por el «final feliz» de esta historia y destacó que Jordi es un «niño fuerte» que se desorientó y acabó andando más de un kilómetro en dirección contraria a la casa rural.

La familia de Jordi, originaria de Sant Feliu de Guíxols (Girona), había llegado hacia las cinco de la tarde a la casa rural de Can Serrallonga, en la comarca del Pla de l'Estany, con unos amigos para celebrar la última noche del año. Echaron de menos al niño mientras descargaban el coche. Al alertar de su desaparición, se organizó un dispositivo de búsqueda.