Una cría de un supuesto tiburón cobrizo (Carchachinus brachyurus) mordió la tarde del pasado viernes el brazo de una bañista en la playa de Risco Verde, en Arinaga, en el municipio grancanario de Agüimes, según aseguró la afectada, Cristina Ojeda-Thies, de 38 años, vecina de Madrid, que disfrutaba de unos días de vacaciones en la isla.

Estos hechos ocurrieron sobre las cinco de la tarde del viernes en la citada playa, cuando ella nadaba a unos 20 metros de distancia de la orilla. Ojeda-Thies fue trasladada a un centro de salud por las heridas que sufrió. Las lesiones no son de gravedad y se le recetaron unos antibióticos.

Después, Cristina Ojeda-Thies declaró lo que vio a agentes de la Policía Local cuando presentaba el parte médico. Según esta bañista, se percató de "una sombra en movimiento", cuando se vio sorprendida por la cría de tiburón, de unos dos metros de largo, un ejemplar de color "gris-marrón", que se dispuso a morder su brazo. Intentó zafarse del escualo, al tiempo que logró golpearlo con su rodilla y con la mano que tenía libre, y pudo huir del lugar.

La bañista, que es profesional de la sanidad, comentó a los agentes que no pudo verlo bien, pero sí una de sus aletas, lo que, según ella, le sirvió para apostar de que se trata de este tipo de tiburón.

El alcalde de Agüimes, Óscar Hernández, aseguró con rotundidad que "nunca se han registrado ataques de este tipo en ninguna de las playas del municipio, o en la costa en general. Si se trata de ese tipo de tiburón, es una especie que suele ser pacífica. Los adultos no se acercan a la orilla a menos de treinta metros, salvo que sea una cría o un juvenil. Podría darse el caso".

Por su parte, el director del Centro de Recuperación de Fauna Salvaje del Cabildo de Gran Canaria, Pascual Calabuig, también ratificó que "es la primera vez que sucede un hecho de estas características en la isla". "Es un caso aislado, muy raro", señaló Calabuig, quien no señaló ninguna relación directa de por qué ocurrió. No descarta que sea por las elevadas temperaturas derivadas del cambio climático, que podrían atraer a especies que no suelen nadar por aguas canarias.

Por otro lado, el presidente de la Alianza por los Tiburones de Canarias, Fernando Frías, señaló, tras estudiar las heridas, que el ataque pudo ser perpetrado por un tiburón sedoso (Carcharhinus falciformis), una especie que alcanza los dos metros.

Frías también resaltó la "rareza" de los hechos ocurridos el pasado viernes, e insistió en que se trata de un hecho "totalmente aislado". Duda de que "algo así vuelva a ocurrir en los próximos 50 años", por lo que insta a los bañistas a que no tengan "miedo" porque Arinaga "es uno de los mejores puntos para hacer natación y bucear".