Un hijo del hombre de 84 años que fue apuñalado en su domicilio de El Rebolledo a mediados del pasado mes de octubre aseguró ayer a este diario que si llega a pasar más tarde por casa de su padre ya estaría muerto. Fernando Jiménez trabaja por la noche y acudió sobre las cinco de la madrugada a casa de su padre para dejarle la comida, ya que vive solo. La vivienda estaba llena de sangre -«estaba que parecía que habían degollado a un gorrino»- y encontró a su padre tendido en su cama con sendas puñaladas, una en el brazo y otra en el pecho. «Menos mal que has venido, me han intentado asesinar», le dijo el hombre agredido a su hijo, que de inmediato llamó al 091. El asalto fue cometido por dos chicas que le «levantaron de la cama pidiéndole dinero y como no les daba nada le dieron dos puñaladas», indica el hijo de la víctima, quien precisó que dos semanas antes ya le robaron. P. c.