Aunque ya han pasado varios meses desde el asesinato de Susana Carrasquer Perujo, el dolor no se ha atenuado entre los familiares y amigos de la fallecida ni una pizca. Aún hoy, padres, tíos y primos de la mujer viven encerrados en su duelo. No quieren ni oir hablar del tema que les arrancó un pedazo de sus vidas hace ahora casi un año.

Una de las principales razones para no hacerlo es la presencia de los tres pequeños. Los abuelos maternos son ahora sus tutores legales y luchan para que cada día sea un poco mejor para ellos que el anterior desde que aquel 12 de febrero se quedaran sin madre.

El apoyo de vecinos y del propio colegio al que acuden los menores ha sido clave durante estos últimos meses. Un centro que en su día celebró minutos de silencio como rechazo a la violencia machista y que presta todo el respaldo posible a la familia afectada, desde seguimiento psicológico hasta refuerzos en cuanto a recursos y material escolar se refiere. m. b.