El agresor del tiroteo que mantuvo en vilo a Estados Unidos durante casi cuatro horas logró ser detenido y al cierre de esta edición se encontraba bajo custodia policial. Los agentes pudieron controlar la situación después de que el agresor se atrincherara en un centro de planificación familiar de Planned Parenthood en Colorado Springs (Colorado, EE UU).

El suceso dejó al menos 11 heridos, cinco de ellos policías, pero la investigación comienza ahora para determinar si hay víctimas en el interior del edificio, según explicó el jefe de la Policía local, Pete Carey, en declaraciones a la prensa.

Los agentes intentaban asegurarse de que «unos objetos» con los que el agresor entró en el edificio no fueran ningún tipo de explosivo.