Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han detenido en Benidorm a dos personas de nacionalidad búlgara por obligar una mujer a ejercer la prostitución en la calle y a la que tenían retenida, según informó ayer la Comisaría. La víctima había venido con engaños de su propio novio a España pensando que iba a trabajar recogiendo naranjas, pero al llegar los proxenetas le dijeron que tenía que trabajar para ellos para saldar una deuda que éste había contraido. La mujer aprovechó un descuido de sus captores para ir a la Comisaría de Benidorm y presentar una denuncia por estos hechos.

Los detenidos son un hombre y una mujer de nacionalidad búlgara, de 41 y 34 años de edad a los que se les imputa un delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. La víctima de 23 años había venido a España engañada por su novio, que le había prometido un puesto de trabajo en la recogida de la naranja. Sin embargo, a su llegada al país fue entregada a uno compatriotas que la trasladaron a un piso de Benidorm donde le comunicaron que debía ejercer la prostitución para saldar una deuda contraída por su novio, para lo cual además tenía que robar a los clientes, según la Policía. Ante la negativa de la mujer a obedecer, sus captores le retiraron la documentación para evitar que huyera. Después de que la mujer presentara la denuncia al escaparse aprovechando un descuido de los proxenetas, los agentes organizaron un operativo que ayer continuaba abierto y que permitió la localización y detención de la pareja, así como la protección de la víctima.

Los dos detenidos contaban con antecedentes por otros delitos y fueron puestos a disposición judicial tras prestar declaración en dependencias policiales. La operación ha sido desarrollada por agentes pertenecientes al Grupo Operativo de Extranjeros de la Comisaría de Benidorm.

Madrid

Por otro lado, la Policía liberó ayer a otra mujer que estaba siendo explotada sexualmente en Madrid, gracias a una llamada al teléfono contra la trata alertando de esta situación, y detuvo al proxeneta que obligaba a la víctima a ejercer la prostitución en jornadas de quince horas con continuas palizas, informó Efe. La operación se inició cuando un persona llamó al teléfono de colaboración ciudadana contra la trata manifestando que había una mujer encerrada en el baño de un bar.