El juez destaca que «el hecho de que desde tres meses antes del fallecimiento y hasta el mismo día de su muerte la menor haya estado consumiendo de forma repetitiva y continuada Lorazepam, llegando a un elevado nivel de toxicidad el día de su muerte, descarta la hipótesis planteada por las defensas acerca de que el hecho delictivo fue cometido por un tercero». Rosario y Alfonso defendieron que no tuvieron nada que ver con el crimen, pero fueron declarados culpables. EFE