El juzgado de Alicante que instruye el sumario por la muerte del hombre que apareció asfixiado en su domicilio a principios del pasado mes de septiembre tomó ayer declaración como imputados a la mujer que cuidaba a la víctima -pareja del presunto autor que está en prisión-, a su hermana, a su madre y a su cuñado. Los cuatro están considerados por el juzgado como autores de los delitos de encubrimiento y apropiación indebida, ya que se extrajeron 3.000 euros de la cuenta del fallecido dos días después de descubrirse el cadáver de Francisco, de 57 años y vecino del barrio alicantino de Los Ángeles.

La cuidadora y sus familiares han negado en el juzgado de Instrucción número 5 de Alicante que tuvieran conocimiento del homicidio, mientras que el dinero extraído de la cuenta del fallecido era algo que, según una de las imputadas, les prometió la víctima. Según fuentes cercanas al caso, el hombre les solía dar dinero todos los años, aunque no tanta cantidad, y por eso lo extrajeron.

El dinero fue sacado de la cuenta por la cuidadora, ya que tenía autorización del titular de la cuenta bancaria. Una de las imputadas apuntó que el hombre les había prometido unos días antes de morir que les iba a dar dinero. Los 3.000 euros fueron sacados del banco a las nueve de la mañana, horas antes de conocerse por la autopsia que no se trataba de una muerte por causas naturales, sino que había sido presumiblemente estrangulado.

Tras el encarcelamiento del compañero sentimental de la cuidadora como presunto autor material, la Policía Nacional detuvo posteriormente a la pareja y a su madre por la apropiación indebida, acusación que el juzgado ha ampliado posteriormente al delito de encubrimiento.

Ninguno de ellos ha admitido su culpabilidad en el caso y desde el principio han mantenido que cuando algunos de ellos fueron a la vivienda se encontraron el cadáver en el suelo del domicilio.

Las investigaciones de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante han desvelado indicios del presunto encubrimiento imputado por el juzgado.

El marido de la cuidadora, de 39 años de edad, negó haber matado a Francisco y declaró que había intentado reanimarlo, de ahí que tuviera unas marcas en el cuello. Sin embargo, el informe forense apunta a que el hombre fue asfixiado.