La muerte ayer de una mujer en Oviedo eleva a cuatro las víctimas por violencia machista registradas enn menos de 48 horas, con lo que ya son 45 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año. A estas muertes hay que añadir la de un hombre, asesinado ayer en Logroño y que era el actual compañero sentimental de la expareja del presunto asesino.

La cuarta víctima de la violencia machista desde el sábado es una mujer de 65 años que murió en Oviedo de varios golpes en la cabeza, presuntamente a manos de su pareja sentimental, de 51 años, que fue detenido.

El cadáver de la mujer fue hallado a las 9:30 horas en el dormitorio de su domicilio, después de que un vecino encontrara una nota manuscrita en el buzón en el que el presunto homicida pedía que se avisara a la Policía y anunciaba su intención de quitarse la vida.

Los hechos han ocurrido en una vivienda ubicada en el número 7 de la calle General Zuvillaga, en el centro de Oviedo. El hombre, que al parecer no tenía ninguna denuncia previa por malos tratos, llevaba conviviendo con la mujer unos cinco o seis años, según las mismas fuentes.

El presunto autor del crimen fue arrestado en Gijón tras la puesta en marcha de un amplio dispositivo policial para su localización y detención. Junto al cuerpo de la víctima han sido encontradas unas mancuernas ensangrentadas con las que el hombre habría asestado a la mujer los golpes mortales en la cabeza. Además de la nota en el buzón, los agentes encontraron en el interior de la vivienda otras tres cartas en las que el hombre se atribuía la muerte de la mujer y anunciaba su intención de suicidarse.

Rabia en Llíria

«Es un animal, un asesino que no merece vivir. Debería de estar encerrado de por vida», los familiares de Magdalena Torres y Elvira Maldonado claman justicia por la muerte de esta madre e hija asesinadas a tiros el domingo por la tarde en plena calle de Llíria por el excompañero sentimental de esta última y padre de su único hijo, de tres años, quien salió corriendo horrorizado y sin ni siquiera entender lo que acababa de ocurrir ante sus ojos. «Hace meses ya le rompió dos costillas de una paliza, no entiendo cómo aún estaba en la calle», se lamentaba un familiar, que decía que el padre y marido de las víctimas «está destrozado, no come, se va a morir de pena». Elvira llevaba años aguantando en silencio el carácter violento de su marido por miedo, según aseguran sus familiares. Así, el pasado 5 de abril esta mujer de 46 años sufrió una brutal paliza en el domicilio familiar, por la que tuvo que recibir asistencia hospitalaria. Aunque la mujer relató un supuesto accidente doméstico en el que había sufrido una caída accidental, los médicos del Hospital General de Valencia determinaron que las lesiones que presentaba, entre ellas la fractura de varias costillas, eran compatible con un caso de violencia machista y se dio traslado de lo ocurrido a la policía.

Pese a que la mujer no quiso denunciar a su marido por miedo, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Valencia decidió acordar una orden de alejamiento de 300 metros e incomunicación contra el acusado de un delito de maltrato habitual. Fuentes del TSJ-CV confirmaron que esta medida cautelar seguía estando en vigor cuando se produjo el doble crimen.

El pequeño

El hijo, de apenas tres años, del matrimonio presenció el asesinato de su madre y su abuela a manos de su propio padre. «¿Y mi mamá, cuándo viene?», le preguntó inocentemente a la trabajadora social del Ayuntamiento de Llíria que se hizo cargo de él durante tres horas después de ser localizado por una vecina que lo encontró deambulando por la calle poco después de salir corriendo atemorizado por las detonaciones. Según explicó esta cuidadora, el menor no es consciente de lo que ha pasado. «Es un niño muy dulce y cariñoso, se ve que estaba bien educado», apuntaba. «Se puso acostadito sobre mi hombro como si no hubiera pasado nada», recuerda, a la vez que confiesa que esa noche no pudo conciliar el sueño.

A las nueve de la noche su tío materno acudió a por él y se hizo cargo del pequeño mientras se determina desde la Conselleria de Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas la guarda y custodia del menor. Todo indica que será uno de los dos hermanos de la madre e hijos a su vez de la otra fallecida quienes asumirán su tutela, ya que el abuelo materno se encuentra delicado de salud.

Por otro lado, una amiga de Elvira aseguró que el presunto asesino la amenazó con matarla sólo dos días antes del suceso. «Le dijo que si no volvía con él la iba a matar a ella y a su madre, como así ha hecho», comentaba esta mujer, que dice que «nos entendíamos mucho porque estábamos pasando por la misma situación».