La mujer de nacionalidad rumana y 42 años que el domingo por la mañana murió en una casa de la pedanía ilicitana de El Altet a manos presuntamente de su pareja fue golpeada de forma repetida por el hombre -de la misma nacionalidad y de 46 años-, quien además de propinarle puñetazos y patadas la agredió con un palo con clavos, posiblemente un trozo de un marco de una ventana rota que había en la vivienda. Así lo creen al menos los investigadores de la Policía Nacional que se hicieron cargo del caso desde el primer momento y que el mismo día tomaron declaración al detenido en la Comisaría de Elche. Asistido por un letrado de oficio y por un intérprete, el hombre reconoció haber tenido una discusión y haber pegado a la mujer, además de admitir que la había golpeado otras veces con anterioridad, según fuentes cercanas al caso. No obstante, se mostró confuso, preguntaba si era cierto que hubiera muerto y cuestionaba que hubiera sido a causa de la agresión.

Cuando él mismo hizo la llamada a emergencias para avisar de que su mujer se encontraba inconsciente y sin respiración, el hombre sostenía que su pareja podía haber sufrido un desvanecimiento a causa de una enfermedad, a pesar de que el cadáver presentaba moratones, golpes por todo el cuerpo y huesos fracturados. Cuando llegaron la Policía Local y Nacional y una ambulancia SAMU -cuyo médico no pudo hacer más que certificar el fallecimiento- el hombre estaba esperándoles y era la única persona en la casa. Según el subdelegado del Gobierno en Alicante, Alberto Martínez, dijo a los servicios de emergencias que su mujer llevaba 15 minutos inconsciente y que «había bebido mucho», sin llegar a reconocer el crimen desde el primer momento.

Los resultados de la autopsia se conocerán hoy y determinarán si se trata efectivamente de la séptima muerte por violencia de género de la provincia en lo que va de año. El detenido pasará también hoy a disposición del Juzgado de Violencia Sobre la Mujer número 1 de Elche, en favor del cual se ha inhibido el Juzgado de Instrucción 4 de Elche, que el domingo en funciones de guardia autorizó el levantamiento del cadáver. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana confirmó ayer que no existían antecedentes previos por malos tratos contra el hombre, ni de la mujer fallecida ni de ninguna otra pareja anterior.

La casa en la que ocurrieron los hechos es un deteriorado chalé unifamiliar que se sitúa entre las pedanías de El Altet y Arenales y que estaba prácticamente abandonado desde hace años. La pareja, que vivía en la indigencia y que iba cambiando de localidad de residencia -anteriormente habían estado en Villena y en Almansa-, se había instalado a vivir allí hace apenas una semana, por lo que no tenía relación alguna con el vecindario.

Numerosas instituciones realizaron ayer actos de repulsa a la violencia de género mediante concentraciones silenciosas o comunicados, entre ellas Delegación del Gobierno, las tres subdelegaciones provinciales, el Síndic de Greuges y el Ayuntamiento de Elche, donde el alcalde, Carlos González, y la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, consideraron el crimen un fracaso de toda la sociedad y animaron a las víctimas a denunciar.

El delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, reclamó una «lucha sin cuartel» contra la violencia de género.