Un juzgado de Orihuela ha condenado a penas que suman 670 años de prisión a tres acusados de una violenta banda que cometió 58 asaltos en viviendas, empresas y establecimientos de hostelería de la Vega Baja y Murcia durante 2013. Pese a lo elevado de la condena, dos de los acusados, uno de ellos defendido por el abogado Francisco Miguel Galiana Botella, sólo tendrán que cumplir cinco años en prisión y el tercero seis años. Una vez concluya dicho plazo, los tres condenados, que son de Argelia, serán expulsados del país, según el acuerdo fijado en la sentencia, dictada tras un acuerdo de conformidad entre la Fiscalía, que pedía inicialmente más de 900 años, y las defensas de los acusados. Asimismo, dos acusados de falsedad han sido absueltos y otro condenado a seis meses por el mismo delito.

El fallo establece que, de acuerdo con el Código Penal, el máximo de cumplimiento de la condena no podrá exceder del triple de la pena más grave, de ahí que el juzgado haya fijado en 10 años y 6 meses el límite máximo de cumplimiento de dos procesados y en 12 años y 6 meses para el tercer implicado. Además de beneficiarse de esta reducción, el juzgado también aplica la última reforma penal que permite sustituir la ejecución de la pena por la expulsión del país del penado, que en este caso se ha determinado que se cuando hayan cumplido 5 y 6 años. Durante el resto de condena no podrán regresar a España.

Efectos sustraídos

Los condenados también tendrán que pagar indemnizaciones por más de 90.000 euros por los efectos sustraídos y los daños causados.

Los acusados formaban parte de una violenta banda armada que fue desarticulada a finales de 2013 en una operación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Civil. La oleada de asaltos cometidos por los acusados fueron perpetrados a lo largo de 2013 en viviendas, fábricas, bares y restaurantes de la Vega Baja, Crevillent y municipios de la Región de Murcia, donde incluso llegaron a herir con sus armas de fuego a alguna víctima de los robos, en concreto en un bar de la carretera de Beniel donde se celebraba una partida de cartas. Utilizaron escopetas, armas cortas, navajas y hachas para intimidar y golpear a las víctimas.

Según los hechos probados en la sentencia, el primero de los asaltos fue cometido la madrugada del 28 de enero de 2013 en una vivienda de Callosa de Segura donde entraron encapuchados y armados con una pistola y una navaja y sustrajeron objetos por valor de más 10.000 euros. Para ello despertaron al matrimonio y lo llevaron a su oficina, donde fueron golpeados y exigieron que abrieran la caja fuerte. El último de sus asaltos fue el 29 de noviembre en una empresa de Cox.

Mediante este «modus operandi» cometieron más robos en Almoradí, Orihuela, Crevillent, Albatera, Santomera, Rojales, Alhama de Murcia, Fortuna, Torreagüera, Torre Pacheco, Beniel y Mula, donde asaltaron dos veces un club.