La mujer asesinada el jueves en Tenerife por su expareja había pedido orden de alejamiento, pero el juez, con el acuerdo de la fiscalía, desestimó su requerimiento, entre otros motivos, porque la policía consideraba que no había riesgo grave. La víctima había presentado tres denuncias, de las cuales dos fueron archivadas «por falta de indicios probatorios», de acuerdo con el TSJ de Canarias. La mujer rechazó ser derivada a un centro de acogida y el juez tuvo en cuenta que la imposición del alejamiento habría supuesto, dado que el detenido trabajaba en una gasolinera, situada cerca de la vivienda de la víctima, «el poner en riesgo su puesto de trabajo y, por ende, la satisfacción de la pensión por los hijos en común». efe santa cruz de tenerife