Un incendio en la residencia de ancianos Alacant, en el barrio de Juan XXIII, obligó ayer a desalojar a 150 personas según el 112 y 70 según fuentes municipales, de los 206 internos que viven allí. El desalojo se produjo como medida preventiva tras arder un sofá. Afortunadamente no se registró ningún herido y el plan de evacuación funcionó sin problemas por lo que el incidente se quedó en un «buen susto» como comentaban ayer algunos de los mayores residentes.

El suceso se produjo por la tarde, pasadas las 18 horas, cuando por causas que investigan los Bomberos se prendió un sofá en la segunda planta. Aunque las llamas apenas se sofocaron en quince minutos, la humareda alertó a los trabajadores y a algunos ancianos y se puso en marcha el plan de evacuación para evitar que residentes y trabajadores pudieran resultar heridos, principalmente por inhalación de humos.

Tres dotaciones de Bomberos, tres de Policía Local y agentes del Cuerpo Nacional de Policía se personaron en el lugar y pudieron sofocar las llamas entre el nerviosismo de los ancianos. Guadalupe Herrero aún tenía el susto en el cuerpo al relatar a este diario lo ocurrido. «No sabemos qué es lo que ha pasado pero hemos visto mucho humo y hemos salido al pasillo. Allí los trabajadores nos decían que bajáramos por las escaleras. Yo estoy en la séptima planta y el problema es que a algunas personas con carrito no podían bajar hasta que han ido a buscarles. Nosotras hemos ido despacito y agarrándonos a la escalera y hemos conseguido salir», relató.

«Hemos estado fuera un buen rato y ya hemos visto que gracias a Dios no le ha pasado nada a nadie, pero nos hemos llevado un buen susto», añadió. «Seguro que alguien se ha encendido un cigarro otra vez», aventuraba Felisa Montero, otra residente, como causa del incendio. De hecho, el desalojo fue el tema de conversación de los internos mientras esperaban para entrar a cenar.