Los cuerpos de 21 de las víctimas mortales del accidente de autobús ocurrido el viernes en Puisseguin, al suroeste de Francia, fueron extraídos ayer por los investigadores, que señalaron que la identificación puede prolongarse varias semanas.

El coronel de la Gendarmería Patrick Touron, director adjunto del Instituto de Investigación Criminal, explicó que se están recogiendo efectos personales para ayudar a identificar a las víctimas ya que muchos cuerpos están muy deteriorados por el fuego.

Aún se desconoce el número exacto de muertos, que podrían ser 43 ó 44, porque no se sabe cuántos viajeros iban en el autobús, dado que la lista estaba en su interior y se quemó. De los 8 supervivientes, 4 seguían ayer hospitalizados en Burdeos y Libourne.

El papa Francisco, por su parte, expresó su pesar por el siniestro.