El Tribunal Supremo ha confirmado los 17 años y 6 meses de prisión de pena que impuso un magistrado a un acusado por asesinar a su hermano a golpes y cuchilladas el 1 de agosto de 2012 en el domicilio que ambos compartían en Alicante, en la calle Cronista Figueres Pacheco.

La sentencia, facilitada hoy por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), respalda el veredicto del jurado, luego avalado por el propio TSJCV, y establece que el procesado actuó con "saña", dada la duración y reiteración en la agresión.

Tal y como se declaró probado al término del juicio, celebrado en diciembre del pasado año en la Audiencia de Alicante, el reo golpeó primero a su hermano con un taburete en la cabeza y luego le asestó varias puñaladas.

Utilizó inicialmente un cuchillo jamonero, que le clavó tres veces en el cuello y el pecho, pero el arma se rompió y la reemplazó por otros dos similares con los que le atacó de nuevo.

La hoja de una de las armas se quedó dentro de la boca de la víctima y el mango de otra en el interior de una oreja.

"Desde luego, hubo saña en la ejecución", del crimen, explican en su sentencia de apelación los magistrados de la sección segunda de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.

Agregan que la duración y reiteración de la agresión revela que el acusado no solo buscaba la muerte, sino causar al perjudicado "un mal innecesario y añadido" a aquélla.

El procesado admitió en la vista oral que mató a su hermano en el transcurso de una discusión, pero alegó que no recordaba prácticamente nada de lo sucedido porque estaba como "hipnotizado", fruto de un arrebato y de la ingesta de alcohol.

La resolución del Supremo descarta aplicar esas atenuantes al condenado porque no tienen soporte alguno en el relato de hechos probados y en las pruebas practicadas durante el juicio y se basan únicamente en "conjeturas" a partir de la versión del propio parricida.