Los primeros análisis a los que fueron sometidos los ordenadores y móviles de Alfonso Basterra y Rosario Porto, así como otros elementos recogidos tras la muerte de Asunta -tierra, cuerdas, ropa o cuchillos-, aportan indicios pero no revelan pruebas concluyentes sobre la posible participación de los acusados en el asesinato de su hija.

Así se desprende de las declaraciones realizadas ayer por distintos peritos de la Guardia Civil durante la sesión número 15 del juicio que se sigue en la Audiencia de A Coruña por la muerte de Asunta, cuyo cadáver fue localizado en una pista forestal de Teo en la madrugada del 22 de septiembre de 2013.

A falta de conocer el contenido concreto de los archivos e historiales recuperados de los ordenadores de los padres de la víctima o los restos biológicos encontrados en los objetos, los peritos que realizaron las primeras pruebas han obtenido indicios que pueden estar relacionados con la muerte de la menor, pero no han aportado pruebas indubitadas sobre su interpretación.

En este sentido, un informe de la Guardia Civil detectó restos de Lorazepam -principio activo del orfidal- en la falda del vestido que la madre de Asunta Basterra llevaba el día de su desaparición y muerte.

Sobre las cuerdas localizadas cerca del cuerpo de Asunta en la pista forestal de Feros, los peritos explicaron al jurado que éstas «coinciden en propiedades físicas y composición química» con las recabadas en la vivienda de Rosario Porto en Montouto.

Según apuntaron expertos en química del servicio de Criminalística de la Guardia Civil, tres de las cuerdas localizadas junto a la víctima «coinciden exactamente» en composición y propiedades físicas con un rollo hallado en la vivienda de Teo, mientras que una cuarta cuerda de la pista forestal es químicamente idéntica a otra localizada en Montouto.

Sin embargo, y a pesar de que el «estudio múltiple» al que se han sometido, las pruebas no permiten establecer «un vínculo» de corte entre unas y otras, por lo que no hay «evidencia» de que tengan «un origen común». «Es algo que no se puede establecer casi en ningún caso», afirmaron los peritos, quienes reconocieron que las propias características de las cuerdas suelen hacerlas «difíciles de encajar».

En el caso de los cuchillos localizados en dos baños de la casa de Porto en Teo, que los investigadores pensaron que podrían haberse usado para cortar la cuerda, los peritos no localizaron fibras de las cuerdas naranjas que puedan determinar que se usaron para este fin.

Los análisis de la tierra recogida en el coche de Rosario Porto han sido también infructuosos para vincularla con la pista forestal de Teo.

Aunque la Guardia Civil considera que tanto Alfonso Basterra como Rosario Porto borraron historiales de llamadas y mensajes whatsapp del día de la muerte de Asunta, ayer señalaron que «no ha podido recuperarse la información» y reconocieron que no puede determinarse si esto es porque fue borrada a conciencia o porque realmente «no la había».